La genealogía de la moral.

Un libro de Friedrich Nietzsche (1844-1900).
Ensayo filosófico.
Alianza Editorial.
203 páginas.

Un denso ensayo que se diferencia del resto de la obra caracterizada esencialmente por su estilo aforístico, aunque contiene multitud de metáforas.

En este texto descubrimos un espíritu esencialmente inteligente, crítico y vitalista, aunque especialmente duro y cruel, con una gran dosis de individualismo/egocentrismo, tanto como racista o antiracista según se interprete.

Considerado un precursor del nazismo y utilizado por éste por una interpretación errónea debido a que en cuanto Nietzsche cayó enfermo su hermana casada con un antisemita se hizo cargo de la obra del autor.

Está dividido en tres tratados:

-"Bueno y malvado","Bueno y malo".

-"Culpa", "mala conciencia" y similares.

-¿Qué significan los ideales ascéticos?.

Nuestro filósofo parte de un análisis etimológico de las palabras, no olvidemos que era filólogo clásico, para demostrar que los valores morales cambian con el tiempo y que por tanto al no ser permanentes, no pueden constituirse en ideales. Nos dirá Dios ha muerto. Tal como afirmaba Heráclito la vida es cambio.

Hace una crítica de la moral imperante, no olvidando un análisis histórico, arremetiendo con argumentos contra la moral cristiana, fuente, según él, del nihilismo, la nada, una manera de vivir, de sentir y de actuar que caracteriza el hombre occidental originada desde Sócrates y Platón y adoptada por el cristianismo que menosprecia la vida en la tierra para conceder todo el valor al otro mundo, a la vida eterna. Una moral basada en el pecado y en el sentimiento de culpa que aquel ha generado. Se trata según Nietzsche de una moral del resentimiento, una moral reactiva. Una moral que anula el hombre en cuanto tal y que niega la vida en consecuencia.

Su propuesta es el superhombre, capaz de emancipar-se de la moral nihilista a través de su voluntad de poder que hace posible el conocimiento y la valoración de las cosas, situando la vida terrenal como valor y como criterio. El bien en este caso sería aquello que hace crecer la vida y el mal aquello que la disminuye. Una transvaloración que supone un proyecto humano diferente y necesario, basado en el espíritu griego de Apolo, dios del orden, la razón y la medida y Dionisio, dios del juego, de la fiesta y de la representación teatral. Un vitalismo esencial, un amor imprescindible a la vida.

Aunque su propuesta carezca del análisis social pertinente, algo que sus críticos más acérrimos destacarían en primer lugar, su fé en el superhombre, cualquiera de sus congéneres, supone una fuente de poder y de libertad para el ser humano, tomado como indivíduo, para poder elegir sus propios valores y no someterse a ningún ideal ajeno, aprovechando la creatividad innata que éste dispone.

Destacar, finalmente, que esta obra constituye un agudo análisis crítico de la crisis de valores que hoy en día sufrimos, pero tal vez no tan diferente del panorama analizado por Nietzsche, puesto que actualmente, aunque hemos cambiado de ideales, nuestro sometimiento a otros bien distintos, la ciencia, la economía, por citar sólo algunos ejemplos, sigue en pie, olvidando el valor de nuestra existencia, que es quizá lo único que podemos gestionar personalmente.

Imprescindible. Aunque para mi Nietzsche siempre es imprescindible.